miércoles, 28 de febrero de 2007

Y se hizo el Simposio...¿o el Foro? (publicación original 12/11/06)

Y se hizo el Simposio. Y la impresión con la que me quedo me lleva a revisar alguna bibliografía para comprobar si lo que pasó se ajustaba a los fines de un evento de este tipo. Y allí me doy con que, entre las limitaciones que se adjudican estos encuentros, se menciona la nula participación del público ante diferentes oradores que presentan distintos aspectos de un mismo tema. Y ahí me alegro, ya que la propia dinámica que adquirió convirtió al Simposio en un Foro. Y eso estuvo bueno. La asistencia, se puede decir, no fue muy multitudinaria, pero dado el poco tiempo, la urgencia y la forma de comunicación con que se contó, los organizadores consiguieron una presencia marcadamente federal. Había profesores y especialistas que llegaron desde provincias como Misiones, Tierra del Fuego, Río Negro, La Rioja, Tucumán, Córdoba, Santiago del Estero, Entre Ríos, Ciudad de Buenos Aires, etc (perdón por las posibles omisiones). Eso sí, pocos. Afortunadamente, aunque algunos de los expositores fueron solamente a presentar su ponencia y luego se retiraron, la mayoría mantuvo el eje de discusión en lo medular de la convocatoria e incluso otros, como el Ingeniero Miñola, insistieron tozudamente en la postura de reclamo hacia los responsables de la elaboración de la Ley de Educación Nacional para que no desperdicien, por falta de planificación u otras razones, la experiencia y los dineros gastados a lo largo de los últimos diez años en pos de incluir en la currícula una mirada sobre la artificialidad. Dije mas arriba que el Simposio se transformó en un Foro, donde los participantes volvían recurrentemente a los temas clave: la continuidad del espacio curricular, su fundamentación epistemológica y consideraciones acerca de unas estrategias metodológicas y didáctica propias. Quedó a la vista que persisten las diferentes interpretaciones, tanto es así que un funcionario de gobierno, en la presentación, volvió a mezclar la Educación Tecnológica con la Educación Técnica. Y como dijo mi amigo Gabriel, no es lo mismo subirse a un Fiat 600 negro que subir 600 negros a un Fiat. ...¡Y son funcionarios!. Otra cosa es que la formación de los Directivos pone una traba para definir con claridad el espacio. Y que en las diferentes jurisdicciones se abordó de una manera particular de acuerdo a quien impartía la capacitación conformando distintos enfoques que se acercaron peligrosamente a uno de tipo instrumental sin contenido social. También que hay que seguir trabajando la cuestión metodológica, la cual puede ser tan rica en su didáctica, que vale la pena. Yo rescato algunas frases que me parecieron importantes: · “El área no debía llamarse Tecnología y es central que en el borrador se hable de Educación Tecnológica “, “Desinstalemos el concepto fabril de Tecnología , instalemos el concepto social de Educación Tecnológica “ , “recuperar los veinte años de inversión que hizo el país en el área” (Luis Doval) · “la tecnología extraña de las actividades diet, las sinfonías inconclusas, las ensaladas mixtas y los termómetros emocionales” (Alejandro Toso) · “La Educación Tecnológica no es propedéutica” (Eduardo Averbuj). · “la Educación Tecnológica es llamada a ser la tercer materia instrumental” (Carlos Miñola) · “se debe sistematizar esta experiencia con equipos de investigación” (Josi Mandón) Frases tomadas casi al azar. Llenaron dos días donde a veces daba la sensación de volver a cero. Pero finalmente en el debate final pudieron lograrse algunos acuerdos importantes. En primer lugar se formaría una Red de Educadores en Tecnología, de existencia virtual por ahora y tal vez jurídica en el futuro, que se sustanciaría desde una página Web donde el foro tendría continuidad. Esto nos permitiría ir logrando acuerdos en lo epistemológico, lo metodológico y en la posibilidad de trabajar para confeccionar los Naps de Educación Tecnológica que aún están ausentes en la propuesta oficial. Por otro lado se discutió y acordó el texto para las enmiendas propuestas a la Ley de Educación Nacional que se enviará al Poder Legislativo. Ese texto irá acompañado por la mayor cantidad de firmas que podamos recolectar y enviar al Ingeniero Averbuj antes de los próximos quince días. Tal vez todo esto pueda sostener el sentido común, del cual a veces carecen quienes toman decisiones. Tal vez no. Pero en mi fuero interno guardo la convicción de que lo que ocurrió en Avellaneda a sido el punto de inflexión en la breve historia de la Educación Tecnológica que permitirá ir alcanzando sentidos y presencia en la formación de los futuros herederos de la cultura.

De estrella a víctima. Avatares de la Educación Tecnológica (original 26/10/06 )

De estrella de la Ley Federal a primera víctima de la Ley Nacional, de “supermateria” a “esa porquería de materia”, del asombro y la aprobación al descrédito y el estigma. La Educación Tecnológica en el sistema educativo desnuda el vicio por la improvisación y la ingerencia de los intereses en pugna en los diferentes momentos políticos sobre los asuntos educativos. La nueva Ley Nacional no menciona al espacio que se estuvo construyendo durante diez años como si este no existiera; como si los, alrededor de diez mil, docentes en todo el país que se han ocupado de construir estrategias y teoría hubieran trabajado en vano; como si aquellos que alguna vez fueron “reciclados” para dictar “Tecnología” tuvieran que volver a vivir la trágica situación de reconstruirse soportando la espada de Damocles que amena su permanencia en el puesto de trabajo; como si los Congresos, Capacitaciones, Postítulos, Posgrados, Profesorados, etc, sólo hubieran sido una elegante forma de entretener al pueblo mientras se gastaban los dineros públicos y se desvalorizaba el rol del docente como transmisor de la cultura y sembrador de inquietudes en los ciudadanos del futuro, ignorando su capacidad para opinar y proponer. Y digo improvisar por no usar otros términos para definir la manera en que se produce la consulta sobre la nueva ley, donde se hacen evidentes tantos baches de gestión a todo nivel, que es sospechoso, y genera el sentimiento profundo de que “todo está hecho” y somos los invitados de piedra a un debate en el cual nuestro interlocutor es muy posible que esté sordo. El espacio claramente no figura y es reemplazado por un discurso sobre la supuesta importancia de las TIC (Tecnologías de la Información y las Comunicaciones) y su inclusión en los planes de estudio sobre los cual no tengo muchas objeciones en los fundamentos mas si en su inclusión contextual. Me refiero al evidente olvido de considerar que en muchos de los casos (yo diría la generalidad) la experiencia en ese sentido ha consistido sólo en la apropiación de determinados paquetes tecnológicos (software) de cierto origen comercial con la excusa de ser los “mas usados” mas que en el desarrollo de una cultura tecnológica que le permita a los alumnos la posibilidad de elegir y usar críticamente esa misma tecnología. En este caso, adrede o no, la escuela es cómplice de los intereses comerciales de ciertos sectores. Por otro lado, se desconoce el, por llamarlo de alguna manera, “terror” o parálisis que muestra el colectivo docente ante la posibilidad de la inclusión de trabajos mediados por este recurso en sus planificaciones. Basta mencionar que los últimos sondeos de opinión en la ciudad de Córdoba muestran que sólo el 30 % de la población tiene o hace uso del correo electrónico, mientras los chicos pasan la mayor parte de sus horas dentro de un ciber, .... ¡jugando juegos en Red!. Ahora bien, ¿puede ser olvidado un componente tan importante de nuestra cultura como el “mundo construido”?, ¿es suficiente que la alfabetización tecnológica sólo se aborde a partir de la alfabetización digital?, ¿se puede seguir prendido de atrás del carro de la innovación que permite el crecimiento y la independencia tecnológica?, ¿ es posible ignorar la presencia de la cotidianeidad que, a decir de Aquiles Gay, aporta la Educación Tecnológica a la escuela?. En un país que se jactaba de exportar cerebros se deja de lado la formación de criterio crítico para moverse y entender el mundo que el mismo ser humano ha desarrollado o, en el mejor de los casos, sólo se lo aborda parcialmente. En los años que pasaron desde que se implementó la Ley Federal ha faltado capacitación para la enseñanza de la Educación Tecnológica. También se ha ubicado allí a docentes que perdían sus horas y se dedicaron a tratar de hacer lo posible dentro de lo que sabían hacer y luego se otorgaron las horas nuevas utilizando criterios que tenían más que ver con los imaginarios de algunas autoridades que con la construcción epistemológica que se fue generando necesariamente por profesionales comprometidos, siendo el resultado la debilitación del espacio como componente de la formación. Hoy se impone consolidar el sentido necesario que conforme un discurso y una didáctica más consensuada a nivel nacional. Un campo de conocimiento más acotado y claro que el que nos permite la propia denominación de “Tecnología “ en lugar de “Educación Tecnológica “. Recoger la experiencia y buscar consensos. Para ello se ha convocado a un Simposio Nacional en la ciudad de Avellaneda los días 3 y 4 de Noviembre de este año. Es de destacar que ese evento no es convocado por ningún organismo público, sino por los mismo actores del crecimiento de la Educación Tecnológica en estos últimos años, los docentes, los pensadores, los teóricos, los empiristas, todos salidos del aula. Espero que no solamente se haga oír el reclamo de incluir la disciplina en la letra de la Nueva Ley Nacional, como está expresado en la propuesta de enmienda que se hará llegar a la Cámara de Senadores, (http://www.cepet2roca.4t.com/) y que intenta proteger la fuente de trabajo así como lo construido tan laboriosamente en estos diez años, sino que se defina y consolide una epistemología uniforme y se avance en la didáctica propia del espacio. Con esos objetivos logrados, podremos hablar de una educación integral donde no se seccione por ningún motivo una parte de la experiencia cultural humana. Y hoy en día no hay nada tan presente y cotidiano como la Tecnología. Poner esa Tecnología al servicio del ser humano y no al revés es el propósito de la Educación Tecnológica como asignatura de formación cultural general, sin encasillarse en UNA Tecnología en particular, educando la mirada de los futuros ciudadanos para ejercer su acción en el mundo construidode manera crítica y responsable. Continuamos luego del Simposio.

¿Qué es eso de la Educación Tecnológica? (3/09/06)

Desde la implementación de la asignatura en la Provincia en el año 1996, todos los docentes de los colegios secundarios donde se implementó el Ciclo Básico Unificado, en virtud de la Ley Federal de Educación y que no habían sido Escuelas Técnicas, tuvieron la difícil tarea de aunar criterios para componer el nuevo espacio. Muchos de los responsables de ello eran docentes "reciclados" en su situación laboral y provenían de otros campos educativos como la enseñanza de Contabilidad, Plástica, Informática o Física. A ello se le sumaba una insuficiente comprensión del nuevo espacio por parte de los encargados de la gestión de las instituciones educativas, una inexistente capacitación previa de los docentes asi como una temprana modificación (1997) de la Propuesta Curricular de la Provincia teñida de un claro perfil orientado a la Gestión o Economía que, en mi opinión, era consecuente con la orientación neoliberal de la Reforma Educativa pero desvirtuaba la potencialidad pedagógica de la nueva "supermateria". Nuestro Instituto no fue ajeno a ese fenómeno y su implementación estuvo a cargo de un equipo heterogéneo que, sin embargo construyó acuerdos y consenso y, sobre todo, se abrió a probar nuevas alternativas a medida que fueron surgiendo. Uno de los logros mas notables fue el diseño de nuestra propia Aula Taller de la que vemos una imagen y será motivo de mayor análisis mas adelante.