jueves, 14 de febrero de 2008

¿Y, como se llamará el nene?

En una entrada anterior abordé la problemática de la denominación del espacio como una debilidad del mismo. Eso me llevó varias veces a pensar en la manera en que yo mismo fui nombrado. Lo cual ha servido para sobreponerme en situaciones confusas.

En la situación confusa del futuro de la Educación Tecnológica ante sus propias debilidades y el avance incontenible de la TICs en el currículo, las indefiniciones y fantasmas que arrastra la aplicación de la Ley de Educación Nacional, seguimos sin saber como se llamará el nene.

Digo esto porque a mi alborozo por encontrar en la página del Ministerio de Educación la referencia a los esperados NAPs para el Primer Ciclo, los cuales aseguran al menos existencia al espacio, se sumó la indignación que produjo en mí el grueso error cometido por quien escribió el texto del vínculo (Consultar http://www.me.gov.ar/curriform/nap.html ) donde denomina a la Educación Tecnológica como Educación Técnica.

Grueso error que deviene de un acto fallido de algún funcionario que probablemente desconozca la cantidad de docentes, institutos de formación y demás inquietudes que involucra su falta de atención, o tal vez lo sepa y no le importe.

A mi me importa, porque creo profundamente en la necesidad política, cultural, pedagógica y social de la inclusión del espacio en la escuela. Y que es hora de abordar seriamente desde todos los estratos su implementación.

La Educación Técnica en Argentina tiene su propia ley, mientras que la Educación Tecnológica en la educación general es, precisamente, de formación general en un mundo donde día a día se hace más determinante la Tecnología.

Aclaro nuevamente, Educación Técnica es una cosa, Educación Tecnológica es otra.

Señores, es hora que todos llamemos al nene como debe ser.