domingo, 27 de julio de 2008

¿Por qué la Educación Tecnológica en la Escuela? O el porqué de mi esperanza.

En mi última entrada dije que iba a explicar cuales eran las razones con las que sostenía la esperanza que el próximo Simposio de Educación Tecnológica se realizara en Argentina. La razón obvia es que si se hace aquí es porque el espacio sigue existiendo y los esfuerzos de quienes la venimos defendiendo desde hace años dieron frutos aún a pesar de los desaciertos de los funcionarios.

Pero hace falta aclarar también los fundamentos que nos llevan a esa lucha y dejar a las claras porqué ese espacio es fundamental en la Educación, aún con todos los errores con los que se introdujo en el pasado y tuvieron más que ver con problemas de implementación que con debilidad epistémica como piensan sus detractores.

Para eso primero es necesario que el lector entienda que Tecnología no es un aparato en especial, sino que es todo aquello que le ha permitido al Ser humano apropiarse de y transformar el mundo. Con el conocimiento técnico primero, y luego con la suma de los aportes de la ciencia formal, siempre dentro de un contexto socio cultural determinado el Homo sapiens ha instaurado la más humana de sus creaciones, la Artificialidad. Esta artificialidad se construye con Tecnología. Y la Tecnología siempre es diferente, según los pueblos y los tiempos. Es un sinsentido constreñir su significado a determinado aparato o actividad.

Otra cosa a aclarar es que la Educación Tecnológica es el espacio escolar, o si prefieren llamarlo asignatura, que intenta darle al alumno herramientas para poder comprender esa artificialidad y, a su vez, prepararlo para ser crítico así como un constructor conciente de la misma, atendiendo que será quien, en el futuro se hará cargo de la sociedad, y sus decisiones pueden marcar la forma en que esta se configure. Y esa tarea es muy compleja, tanto como compleja es la conformación del hecho tecnológico.

Ahora bien, ¿cuales son las razones que sustentan la necesidad de la Educación Tecnológica en el curriculum? Siempre intento presentar a mis alumnos el espacio a partir de una reflexión sobre un grupo de razones que he tomado de varios autores y que comparto a continuación.

Razones culturales La artificialidad es el medio donde el alumno se mueve a diario. La tecnología invade el panorama cultural actual. Nadie convive envuelto absolutamente en el medio natural. Por lo tanto la escuela no puede ignorar a la artificialidad en el curriculum, la cual nos moldea y condiciona y a su vez es condicionada por la sociedad que la genera. “La tecnología no tiene una dinámica propia, sino que responde a demandas que le plantea la sociedad”[1]

La meta no es formar un experto en una tecnología determinada, sino desarrollar una comprensión global e integrada de los fenómenos tecnológicos que influyen en su vida para que, en el futuro, esté en posición de tomar decisiones acertadas para sí y para la comunidad a la que pertenece.

Razones relacionadas al mercado de trabajo Tanto si se lo analiza desde la perspectiva real como desde los imaginarios sociales, se puede concluir que el mercado de trabajo ha evolucionado y está interesado en que los egresados de la escolaridad obligatoria posean cierta comprensión de qué es la tecnología, y demuestren habilidades mínimas para entenderse con algunos de sus productos más desarrollados. Inclusive las prácticas propias del área favorecen el desarrollo de habilidades que serán requeridas luego en el mundo del trabajo.

Razones pedagógicas La propuesta didáctica propia del espacio favorece el desarrollo de ciertas competencias fundamentales para la formación integral del alumno como la elaboración de estrategias de anticipación, la capacidad para negociar, el dominio instrumental, la formación en valores, etc. Mi experiencia personal me ha permitido comprobar, además, que a partir del trabajo en equipo se integran adecuadamente los alumnos hiperkinéticos y con capacidades diferentes. La modalidad de trabajo aprovecha de manera sustancial las inteligencias múltiples (H. Gardner) de los alumnos en pos de una meta en común.

Razones sociales La tecnología es un insumo estructurante de la Sociedad (T. Buch, 1996 El tecnoscopio. Cap 3) jugando un papel fundamental en la diferenciación entre las sociedades. Estas podrían, en el futuro, quedar definidas en...“Inteligentes e ignorantes” Quedar del lado de los inteligentes es un misión de la educación; no existe sistema educativo que pueda considerarse serio si no está relacionado con un sistema serio de ciencia y tecnología en el país”(Rev Zona Educativa año 2 num 16. Agosto 1997 p 28). Inclusive aquellas sociedades con dominio y producción de su tecnología se encuentran hoy entre las naciones mejor posicionadas en el concierto internacional.

Razones políticas A mi entender, estas son las mas importantes y suficientes como para fundamentar la existencia de cualquier espacio curricular. Están relacionadas con la posibilidad del control social del conocimiento tecnológico cuyo objetivo político es contribuir a una democratización del poder. El análisis del fenómeno social de la Ciencia y la Tecnología desde el punto de vista del poder que lo genera y del poder que otorga. Dado el control del poder que da el conocimiento especializado, el poder de los expertos, y como los políticos no pueden evaluarlo, la opinión de los expertos tiende a predominar, y la sociedad entera corre el peligro del control tecnocrático. La ACT permitiría que los ciudadanos formulen sus propios modelos de la realidad, para no verse obligados a usar recetas elaboradas por otros sin poder ejercer ningún control sobre su validez ( T. Buch La alfabetización Científica y Tecnológica y el Control Social del Conocimiento. Revista REDES, Vol. VI num 13. Mayo 1999 )

En la próxima entrada me ocuparé de las TICs.



[1] GAY, A.; FERRERAS, M.A. (1997), La Educación Tecnológica. Aportes para su implementación. Programa Prociencia CONICET. Buenos Aires.

sábado, 12 de julio de 2008

…¡Que sean tres!...

Estuve esperando un poco antes de opinar sobre lo que viví en Oberá los tres días que duró el Segundo Simposio Nacional de Educación Tecnológica organizado por la Facultad de Artes. Lo hice para evitar que el entusiasmo o el cansancio del viaje alteraran mis opiniones. Voy a tratar de relatar algo sobre esos días y pido disculpas si me excedo.

Lo primero que puedo decir es que en esta oportunidad estuvo ausente la movilización que se produjo en el año 2006 y me llevo a escribir la entrada “Y se hizo el Simposio...¿o el Foro?” publicado en este mismo blog, donde se vivió un ambiente de sano intercambio de opiniones e inquietudes.

La organización del mismo no dejó mucho espacio para la discusión. La distancia de los otros centros restó presencia de profesionales y la abundancia de estudiantes que desconocían el documento que se iba a discutir no ayudó. En ese sentido debo acotar que no es responsabilidad de los organizadores sino de quienes somos los directos interesados en la problemática de la supervivencia de la Educación Tecnológica que esto haya ocurrido. Sé que los costos son altos porque yo tuve que pagar los míos, pero me parece que estamos un poco desmovilizados.

Tal vez sea como dijo Luis Doval, no están engañando con la zanahoria de la elaboración de los NAPs ( que son necesarios, sin duda) mientras que continúan negando el espacio en las discusiones que se elaboran en el marco de la nueva Ley de Educación. Por ejemplo, recibí un mail que dice : “En el marco de las actividades que coordina la DGES para la elaboración de los Diseños Curriculares de la Formación Docente para los Niveles inicial y Primario, se llevará a cabo, entre los días 23 de julio y 01 de agosto, una serie de talleres destinados a intercambiar ideas entre los formadores pertenecientes a cada área o campo del currículo de la formación docente”…¿y adivinen quien falta?. Transcribo los espacios convocados: Ciencias Naturales, Ciencias Sociales, Matemática, Lengua, Educación Física, Educación Artística, Práctica Profesional, Formación General, mientras que la Educación Tecnológica, espacio que se ha ganado su lugar luego de 12 años en el curriculum aparece reemplazada por Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs),lo cual merece un análisis aparte que haré en mi próxima y muy pronta entrada.

Pero volvamos al Simposio. La organización tipo Congreso no ayudó. Hubo poco tiempo para discutir estrategias y hacer propuestas. Inclusive pocas ponencias que trataron de la Educación Tecnológica y menos aún que lo hicieran en referencia a los niveles donde la misma está amenazada, es decir, la escolaridad obligatoria. Abundaron ponencias orientadas a la formación universitaria y otras que trataban experiencias donde las omnipresentes TICS ganaban terreno.

También se hicieron evidentes ciertas personalizaciones que, en este momento, no nos hacen bien, donde la discusión se derivó hacia quien tenía razón o cual enfoque es el mejor. Deberíamos haber invertido esa energía en darle mas forma a la propuesta que se espera llevar al gobierno o a fortalecer la red nacional, ya que este aspecto, a mi entender, ha quedado prendido de alfileres.

Tampoco quedó claro quien organizará, si lo hay, el Tercer Simposio. Por eso es que elegí ese título para esta entrada. Tomándolo de un chiste contado con cordobesa gracia por mi amigo Gabriel, quise evidenciar mi deseo. Espero que haya tres. Para continuar rompiendo la maldición, como dijo Luis Doval, de hacer muchos “Primer” y quedar allí. Ya se hizo un “Segundo”… y apelo a que una iluminada decisión de nuestros funcionarios, donde se den cuenta del valor que tiene el espacio en al Formación General , nos permita celebrar un Tercer Simposio. No se dónde. Eso es lo menos importante. Pero si me dan a elegir, por nuestro futuro…por nuestros hijos…espero que sea en Argentina. Las razones de esta esperanza la tendrán en mi próxima entrada

sábado, 24 de mayo de 2008

En Unión y Libertad

La Quinta edición del Congreso Provincial de Educación Tecnológica que se realizó gracias al esforzado trabajo del Instituto Superior del Profesorado Tecnológico el 16 y 17 de mayo de 2008 en la ciudad de Córdoba tuvo diferentes ribetes. Uno de los que me impactó más fue el de las definiciones que se hicieron sobre el proyecto de país que nos impulsa. O mejor dicho que no nos impulsa.

Una interesante ponencia de Alejandro Toso hizo referencia a las ciclotimias políticas que impiden la concreción de planes a largo plazo en cualquier campo. Eso, llevado a la Educación, plantea más dudas que certezas sobre el futuro de nuestro país, dado que quienes sean los herederos de nuestras acciones habrán sido formados en una tormenta de indefiniciones en cuanto a proyectos que vayan más allá de la inmediatez de una nota de acreditación en un espacio curricular determinado. Si lo llevamos al campo específico de la Educación Tecnológica el aire se enrarece más. Fuera de los esfuerzos que realizan quienes organizan instancias de encuentro como este Congreso, quienes se animan a presentar ponencias en un campo cuestionado e indefinido o aquellos que asisten con la esperanza de encontrar puntos de referencia para su práctica, desde la esfera pública seguimos “como cuando vinimos de España” . Aún no se tratan los NAPS para segundo ciclo y continúa el avance marketinero de la TICs sobre la Educación.

Por otro lado, el Ingeniero Tavella (gracias Susana, por subsanar el error) nos definió como un país sin lema. Contra el “Orden e Progresso” de Brasil , “Por la Razón o la Fuerza de Chile o In God we Trust” (en Dios Confiamos) de nuestros amigos del Norte, que sientan base y definen su proyecto de país, nosotros hemos olvidado y borrado el nuestro del horizonte.

“En Unión y Libertad” decía el lema de la Confederación Argentina. Y ahí me detengo.

Después de ver la última película de Pino Solanas , La Argentina Latente, la cual me causó una molesta sensación de frustración, estuve pensando en el futuro. Y el futuro lo tengo todos los días al frente mío en el aula. Siento que en este espacio estamos al inicio del camino que nos podría conducir a despertar en los alumnos la conciencia y la capacidad crítica para reactivar el proyecto científico y tecnológico que la Argentina abandonó alegremente en los noventa detrás de las fiestas de pizza con champán. Pero tenemos que retomar el lema de nuestra Confederación.

En Unión y Libertad podremos encontrar más oportunidades, podremos ver más claro.

Eso significa que tenemos que definir nuestro objetivo y avanzar unidos. Seguir construyendo. Y eso tiene la premisa de la Libertad, del respeto al pensamiento del otro.

Al final del congreso se hicieron evidentes las disparidades de opinión. Y eso es bueno. Significa que estamos pensando. A ver si llevamos esta idea al Simposio de Oberá. Mientras más cabezas piensan es mejor, en tanto sostengamos que este es un tren donde todos estamos subidos y si descarrila, todos, los de una postura y los de otra, vamos a perder.

Estamos en el camino, avancemos en al concreción de una Red nacional donde todos podamos intervenir. Sigamos creciendo En Unión y Libertad.

jueves, 14 de febrero de 2008

¿Y, como se llamará el nene?

En una entrada anterior abordé la problemática de la denominación del espacio como una debilidad del mismo. Eso me llevó varias veces a pensar en la manera en que yo mismo fui nombrado. Lo cual ha servido para sobreponerme en situaciones confusas.

En la situación confusa del futuro de la Educación Tecnológica ante sus propias debilidades y el avance incontenible de la TICs en el currículo, las indefiniciones y fantasmas que arrastra la aplicación de la Ley de Educación Nacional, seguimos sin saber como se llamará el nene.

Digo esto porque a mi alborozo por encontrar en la página del Ministerio de Educación la referencia a los esperados NAPs para el Primer Ciclo, los cuales aseguran al menos existencia al espacio, se sumó la indignación que produjo en mí el grueso error cometido por quien escribió el texto del vínculo (Consultar http://www.me.gov.ar/curriform/nap.html ) donde denomina a la Educación Tecnológica como Educación Técnica.

Grueso error que deviene de un acto fallido de algún funcionario que probablemente desconozca la cantidad de docentes, institutos de formación y demás inquietudes que involucra su falta de atención, o tal vez lo sepa y no le importe.

A mi me importa, porque creo profundamente en la necesidad política, cultural, pedagógica y social de la inclusión del espacio en la escuela. Y que es hora de abordar seriamente desde todos los estratos su implementación.

La Educación Técnica en Argentina tiene su propia ley, mientras que la Educación Tecnológica en la educación general es, precisamente, de formación general en un mundo donde día a día se hace más determinante la Tecnología.

Aclaro nuevamente, Educación Técnica es una cosa, Educación Tecnológica es otra.

Señores, es hora que todos llamemos al nene como debe ser.